miércoles, 25 de julio de 2012

Herbívoros salvajes contra incendios forestales

Benigno Varillas, un veterano ecologista español, además de fundador de Greenpeace España, escribe hoy en el diario El País que los incendios no se apagan en invierno. Coincide con un discurso mantenido por la dirección del Colegio de Ingenieros de Montes que remarca que los incendios se apagan cuando se producen, en verano. Este topicazo, el que los incendios se apagan en invierno, tuvo su génesis y razón de ser en la necesidad de comunicar de manera pedagógica la necesidad de la gestión forestal en los montes, pero ha perdido su vigencia y ha sido desbordado por la realidad.

Benigno Varillas dice, y también en esto tiene algo de razón, que los incendios se apagan 40 años antes de producirse, con una política del territorio coherente con nuestra climatología y nuestros ecosistemas.




Problema. Los 30 millones de herbívoros domésticos que hay en este país ya no le pastan entero por falta de pastores, y los herbívoros salvajes que están proliferando, aunque los cazadores dejaran de mermarlos, no pueden con la vegetación porque son especies de talla mediana. Tenemos herbívoros salvajes que cumplen en parte la función desbrozadora de cabras y ovejas, pero no la de vacas, caballos, mulas y asnos.
El paisaje en mosaico lo heredamos de la acción de los fuegos naturales unida a la acción desbrozadora de uros, caballos salvajes, cebros y bisontes, los cuatro grandes herbívoros salvajes europeos que no solo comen vegetación como lo hacen corzos, ciervos, jabalíes y rebecos, sino que tienen el peso necesario para impedir por pisoteo que el matorral crezca. Pero los grandes herbívoros salvajes europeos han desaparecido de España en los últimos siglos, cazados por su carne hasta la extinción.

(...) España es en su clima más África que Europa. La sabana arbolada rebosante de vida salvaje es más parecida a una dehesa que a un bosque cerrado.

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